En el articulo anterior hablamos de las eminencias de los huesos. Hoy vamos a continuar con las cavidades.
Cavidades óseas:
Dijimos que al igual que las eminencias se las clasifican en:
Dijimos que al igual que las eminencias se las clasifican en:
- Cavidades articulares
- Cavidades no articulares.
1. Cavidades articulares
Las características de las cavidades articulares son que están revestidas de cartílago hialino, son lisas y su función es unirse a una eminencia articular y de esta manera ser parte de las articulaciones. Como ejemplos clásicos tenemos la cavidad cotiloidea o acetábulo del hueso coxal (ver lámina), la cavidad glenoidea de la escápula mucho menos pronunciada que la anterior, la troclea del fémur, etc.
Las características de las cavidades articulares son que están revestidas de cartílago hialino, son lisas y su función es unirse a una eminencia articular y de esta manera ser parte de las articulaciones. Como ejemplos clásicos tenemos la cavidad cotiloidea o acetábulo del hueso coxal (ver lámina), la cavidad glenoidea de la escápula mucho menos pronunciada que la anterior, la troclea del fémur, etc.
2. Cavidades no articulares
Son rugosas, revestidas de periostio y podemos encontrar como ejemplo las fosas y fosetas que dan fijación a ligamentos y; los surcos, canales, correderas, ranuras etc que sirven para el pasaje de vasos sanguíneos, ligamentos o nervios.
Estructura de los huesos:
Al corte, en los huesos encontramos que estos están compuestos por una sustancia compacta o hueso compacto y una sustancia esponjosa, dispuestas estas de diferente forma según el tipo de hueso. Rodeando los huesos encontramos el perióstio ( tejido fibroso con capacidad esteogénica)
El perióstio se encuentra superficialmente en todos los huesos a excepción de aquellos lugares que están recubiertos por cartílago articular. Este es un concepto muy importante a tener en cuenta.
En el interior de los mismos se sitúa la médula ósea que ya se menciono que tiene funciones hemocitopoyecticas (formadora de células sanguíneas)
Huesos largos: la sustancia compacta rodea al hueso siendo muy espesa en el cuerpo, mientras que en las extremidades se afina notablemente y es aquí en donde encontramos la sustancia esponjosa. (Ver lámina) La médula osea en este tipo de huesos se sitúa en la cavidad medular que deja el tejido compacto y por supuesto en las extremidades entre los espacios pequeños del tejido esponjoso.
Huesos cortos: estan rodeados de una capa de tejido compacto que contiene en su interior el tejido esponjoso.
Huesos planos: la disposición de estos dos tejidos constituye lo que denominamos Diploe. Esta estructura esta constituida por dos finas capas de tejido compacto y una capa de tejido esponjoso en el medio.(Ver lámina)
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